Tecnoética

 


Tecnoética

Posthumanismo

En el pasado conseguimos el poder para manipular el mundo que nos rodeaba y remodelar el planeta entero, pero debido a que no comprendíamos la complejidad de la ecología global, los cambios que hicimos involuntariamente alteraron todo el sistema ecológico, y ahora nos enfrentamos a un colapso ecológico. En el futuro próximo, los macrodatos, la bioingeniería, nanotecnología e inteligencia artificial nos proporcionarán el poder de manipular nuestro mundo interior y remodelarnos, pero debido a que no comprendemos la complejidad de nuestra propia mente, los cambios que hagamos podrían alterar nuestro sistema mental y cultural hasta tal extremo de perjudicarnos. En vista de esto, “ser humano” ya no significaría lo mismo en el momento en que apliquemos la tecnología para mejorar nuestras capacidades físicas, cognitivas y ambientales, ni tampoco sabemos cómo afectaría esto a nuestra cultura y relaciones sociales. Debido al dominio que hoy podemos ejercer sobre los procesos vitales, biológicos, genéticos y moleculares, podemos suponer el potencial transformador de la tecnología sobre la cultura y la evolución del ser humano.

Las acciones humanas están guiadas por valores, y las modificaciones tecnocientíficas producen importantes transformaciones en los sistemas de valores que orientan nuestras acciones humanas. Durante toda la historia las tecnologías modificaron socioculturalmente nuestra vida, sin embargo, ahora podemos hablar de Posthumanismo porque las propias categorías de humanidad podrían adquirir nuevos sentidos en cuanto podamos trascender nuestras limitaciones biológicas, cognitivas y ambientales. Es la reflexión sobre una nueva evolución humana: Seres productores y productos de la tecnología.

Ética

Abordar esta problemática nos lleva a plantear los límites éticos de la práctica tecnológica respecto a la responsabilidad que tenemos sobre el uso de las tecnologías. Este tema también debe ser profundizado por las ciencias sociales, ya que significan transformaciones complejas en nuestra cultura. En las décadas que vienen nos enfrentaremos a una diversidad de desafíos mundiales, como la sobrepoblación, el desastre ecológico, el desempleo, y la inteligencia artificial y bioartificial. Lo más probable es que los ecologistas pongan el foco ético en el colapso medioambiental y la sostenibilidad; los militares en los valores estratégicos; los economistas en la actividad empresarial y rentabilidad; el feminismo en las corporalidades; los juristas en los derechos humanos; y los usuarios de internet en el derecho a la privacidad. Esto significa que los focos éticos están dirigidos en distintas direcciones, pero que todos están dentro de una misma dimensión: La tecnocultura.

¿Por qué hablar de esto?

Es necesario plantearnos el futuro si queremos prevenir sucesos indeseables, y para construir el mejor futuro posible. Las formas en que estamos utilizando la tecnología pueden ser peligrosas, y esto configura nuestras maneras de relacionarnos con los demás. Por ejemplo, un mundo en donde la libertad es sinónimo de privacidad construye a las otras personas como seres dignas de desconfianza, lo cual genera individualismo y la fragmentación de la sociedad. Por otro lado, el acelerado avance de la inteligencia artificial esta correlacionado al acelerado avance del desempleo humano, porque ha logrado realizar el trabajo de manera más eficiente, barata y automatizada. Además, las investigaciones científicas para el desarrollo tecnológico se enfocan en el ideal del crecimiento económico, lo cual agudiza las desigualdades sociales y culturales entre países desarrollados y subdesarrollados. Hoy nos preguntamos si podremos llegar a garantizar el acceso universal a las nuevas tecnologías, y si éstas pueden disminuir las diferencias de poder y  aumentar el bienestar en los seres humanos. La tecnología no puede, pues, quedar al margen del control social. No dudo de que la ciencia sea cosa de especialistas, pero fijar su objetivo final debería corresponder, en consecuencia, a todas las partes afectadas, en definitiva, a toda la sociedad. La tecnoética debe estar en las discusiones internacionales porque está en boga nuestra subsistencia, y la responsabilidad debe estar presente en todas y cada una de las tecnologías antes presentadas.

¿Nos estamos encaminando hacia el desastre ecológico o hacia el paraíso tecnológico? ¿Estamos dirigiéndonos hacia la evolución o la involución? ¿Podemos hacernos responsables de nuestros avances tecnocientíficos?

Recomiendo  

Rafel Yuste | Neuroderechos y la privacidad mental | Congreso Futuro 2019


Sobre ética y tecnologías emergentes



Tecnociencia, tecnoética y tecnoaxiología



La relación naturaleza y ser humano, tecnología y biología bajo la luz del posthumanismo



Crítica de la razón cruel: Breve análisis de los riesgos de una tecnología sin humanismo



21 Lecciones para el siglo XXI

No hay comentarios:

Publicar un comentario